domingo, 29 de septiembre de 2013

Un mundo desembocado. Anthony Giddens.

Comenzare con mi comentario con decir que me agrada el título del libro: “Un mundo desembocado” dice, un mundo sin control, a rienda suelta; cuantas veces vemos la vida pasar fuera del alcance de nuestras manos, más allá de los límites que no nos son posibles manipular. Más allá de lo que las grandes naciones deciden para todos, abogando que es lo correcto. Haciendo correr a las sociedades, probablemente, sin rumbos, sin saber a dónde.

El libro de Anthony Giddens nos habla de la globalización, de los cambios, económicos, culturales, políticos y tecnológicos que trae consigo en la vida de los individuos. La globalización como la idea de juntar a todas las potencias económicas fundiéndolas todas como una sola, donde los factores de comunicación ayudan, ya que en nuestros tiempos no importa en qué parte del planeta estés, con la tecnología que existe, la posibilidad de comunicarse sin importar donde se encuentre uno, es posible.  

Nos habla de factores como el riesgo, tradición, la familia y la democracia. El riesgo como la idea de la incertidumbre, del no saber que no espera, riesgo también es visto como una aventura, a buscar y atreverse a conseguir algo a futuro, y apostar por ello, pero en una observación personal, en una sociedad como la nuestra lo veo difícil, las personas se preocupan más por sobrellevar el presente y obtener cosas a presente, que apostar por algo a futuro con la posibilidad de mañana terminar sin trabajo.


En la parte de tradición, aquellas tradiciones que un país lleva como parte de su cultura, se cree que estas no tendrán cambios y serán fieles a sus origines, pero a los largo del tiempo estas pueden cambiar con el influjo de la globalización, un ejemplo, seria las tradición mexicana del día de muertos, si bien se cree que es una tendencia que se mantiene constante, cada año es más común niños esperando Hallowen  que día de muertos como tal. Familia, el concepto que podría tener más peso, porque es el que más está ligado a la vida personal de cada individuo, y si bien vemos una lluvia de imágenes a nivel mundial de la familia perfecta, lo cierto es que los núcleos están cambiando cada vez más, siendo un numero menos aquellas que viven en lo que se conocería como una familia estándar.  Y así con el poder del dinero y las tendencias económicas favoreciendo a algunos, creando países de ganadores y perdedores, uno se pregunta a dónde iremos realmente a parar. 

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Identidad


De qué hablamos cuando decimos “identidad”, existen varios tipos de identidad, aquella que identifica a una persona, a un grupo, o a un país; en este caso hablaremos sobre la identidad nacional, aquel lazo que las personas que integran un país sienten hacia sus costumbres, tradiciones y símbolos patrios, aquellos que  se defienden al decir “yo soy orgullosamente…”.

Pero, qué sucede cuando mezclamos, globalización, globalidad y globalismo con la identidad nacional de un país… ¿se sigue conservando? Mientras el globalismo nos habla de aquellos intereses políticos que si bien son de una sola nación, una guerra por ejemplo, nos hace creer que los beneficios de ella afectara a naciones aparte, la globalidad por su parte, trata al mundo como una unidad, sin diferenciar características propias de cada nación; y por ultimo globalización donde las grandes economías, las ideologías de las naciones y sus sociedades se unen bajo el poder  del dinero, unificando gustos y manera de pensar, actuar y convivir.


Con estas vertientes, volvemos a la interrogante, realmente ¿Qué tanto de la identidad de cada nación se conserva? Si cada vez llueve con mayor fuerza la idea de unificar todo, cuando se da en las escuelas un idioma que conecta a varias naciones, cuando las modas atacan en todos los países y se imponen dando maneras  de vestirse, pero resaltan en fechas conmemorativas lo orgullosos que debes de estar de tus celebraciones, parece inclusive contradictorio, tantas maneras de ver al mundo, y tantos que quieren verlo como uno solo. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Superficiales. De Nicholas Carr.



Hablar de internet hoy en día es casi tan común como discutir que se piensa cocinar para la cena de ese día; las redes sociales, los portales de búsqueda, la investigación de datos y documentación de acontecimientos, se vuelven cada vez con más fuerza un rubro más de la vida diaria.

La tecnología y el navegar por internet pasan de ser un lujo a formar parte de una sociedad que cada vez se hace más dependiente de ella, la invasión de computadoras, teléfonos inteligentes y todo tipo de dispositivo móvil que permita la conexión a la red se vuelve una expansión de nosotros, creando inclusive adicciones, ante el apego tan grande a ellos.

El libro de Nicholas Carr, “¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Superficiales.” Nos habla de los cambios, que las computadoras y el internet, está causando en la mente de los seres humanos, que conforme pasa el tiempo se están mal acostumbrando a obtener la información que desee de manera rápida y fácil, y lamentablemente en ocasiones, sin prestarle la atención necesaria.

Nos habla del tiempo, de los grandes inventos, inventos que cambiaron la forma de pensar que marcaron pensamientos e ideas, esa  necesidad del hombre por crear aparatos cada vez más sofisticados para su bienestar, la comparación de las redes neuronales del cerebro como el cableado dentro de una computadora que sintetiza y realiza procesos, que se adapta según las necesidades del individuo, que guarda recuerdos, como la memoria, en fotografías y archivos digitales.

 Nos habla de la escritura, de los libros, de que antes para poder adquirir un conocimiento debías acudir a ellos, leer, comprender, concentrarte en aquello que estabas buscando, Mientras más acceso a libros más era su deseo por aprender. La escritura y la lectura se convirtieron en un gran medio de expresión que inspiraban a nuevas ideas y a diferentes formas de pensar. El cerebro creaba esta capacidad de búsqueda e investigación, pero pareciera ser que hoy en día mientras la tecnologías y sus herramientas se van actualizando y abarcando más aspectos de la vida social, los hábitos como la lectura van quedando de lado, creyéndolos inclusive como anticuados, con el acceso a la información, de cualquier tipo, cada vez más fácil y sin complicaciones, las personas han empezado a desviarse de sus objetivos, el lograr concentrarse en una sola tarea les resulta en ocasiones difícil con todos aquellos distractores que la red presenta. Quien no se ha reído viendo imágenes en las redes sociales, que recitan cosas como “Internet, suelta este cuerpo trabajador”, quien no ha mirado chicos de secundaria que abren Wikipedia, y copian el texto entero y sin mirar un poco por encima lo que están imprimiendo.

Dentro del internet y en los últimos años han ido tomando fuerza las redes sociales, sobre todo entre los jóvenes que interesados en sus amigos y familiares, se enfocan tanto en sus perfiles que, van perdiendo esa capacidad de experimentar otras cosas más personales y sentimentales en vida propia por decirlo así, convierten la palabra “online” en un modo de vida en el que abarcan muchas actividades, descargar música, platicar, ver fotografías, comentar estados, todos en una misma ventana, el computador, pero lo cierto es que aun que variadas son las actividades que realizan dentro de la red, lo que se retiene es lo mínimo.

Este tipo de interacciones dentro de la red, cada vez son más notorias, de ahí se justifican todas aquellas campañas que te dicen que despegues un ratos los ojos del celular, y mires a tu alrededor, el cielo, el sonido de las aves, a quien te acompaña… ¿Por qué no mejor platicar con esa persona sintiendo su presencia junto a ti? En vez, de mirarla a través de  la fría pantalla del monitor. 

jueves, 5 de septiembre de 2013

El mapa ¿es o no es el territorio nacional?

Pasar los dedos a través de las líneas marcadas en un pedazo de papel -un mapa- es probablemente lo mismo que caminar a la orilla de la frontera rodeando todo lo que lo limites nos dicen que es, lo que representa un territorio.

Esas líneas que dibujan la forma y delimitan las tierras que en algún lugar en el tiempo decidieron que era lo que correspondía para cada quien.


Pero… ¿Qué es lo que realmente integra un territorio? ¿Tierras? ¿Llanuras y montañas? Viéndolo de manera geográfica, la respuesta es un irrefutable, sí.


Pero viéndolo desde el margen cultural, la respuesta es la contraria, aquello que marca el territorio, como una nación, son todas aquellas características que dan identidad a un país, por ejemplo, a un sistema, que a su vez está integrado por sub sistemas –estados en este caso- con especificaciones propias, como son costumbres, tradiciones, formas de hablar, de expresarse. Con normas que le dan un sentido a su forma de vida. que aun siendo tan diferentes entre si, cuando los unes todos tienes un país como tal, lleno de identidad, que se distingue de los demás y presume de ello. 


El mapa es así, solo una interpretación más en papel, de los que es un territorio, un limite, sólo eso, el territorio es, todos aquellos que viven en él, y comporten todas y cada unas de las características que lo conforman, y que aun que saliendo de él, llevaran consigo.